.A.

Pensaba llamarte. Quizá mandarte un mensaje... más correcto y menos arriesgado. Pensaba en las noches contigo sin cruzar una palabra. En tenerte tan cerca que sentía tu calor. En que en esos momentos tu cabeza estaba en otro sitio.
Pensaba en volver a tenerte. No hoy, ni mañana, un día. En el sonido de tu risa que me sigue haciendo sonreír. En la forma de tus hombros. En tus manos.
Pensaba si de verdad te tuve alguna vez.
Y todo porque deseo que A entre en mi vida, y se quede. Que no sea como tú. Que no haga como tú. Que no desaparezca un día sin más. Que me quiera de verdad. Que sea él quien se pregunte si me tiene.

.Días.

Te levantas cansada. Te dormiste llorando y no recuerdas por qué. O sí. Piensas que hoy (sólo) hay 150 km de separación. Te cabreas contigo misma porque se supone que eso ya no te importa. Te repites que los malos días pasan aunque de antemano no te lo creas. Pasas los minutos pendiente de una foto. Esos ojos verdes que quieres conocer más. Has vuelto al quiero y no puedo, al estar sin estar. Y el frío se te está metiendo dentro.


Días de feria, alcohol en exceso y muchos contrastes.