Conversaciones de horas a corazón abierto. Admitir que fuiste mi vida, que siempre te querré, que sólo quiero que seas feliz aunque sea lejos de mí, y que ya no me dueles pero me encanta recordarte. Bailes, cubatas, reencuentros, nuevos conocidos, un chupito horrible (bourbon nunca mais!), risas de vuelta a casa y próxima quedada.
Asocial, pensando en mí y en qué hacer con mi vida, en dónde irme, cómo y cuándo. Y no sacar conclusiones.
Celebración de cumpleaños, silencios incómodos y tensos con tus mejorers amigas, alcohol para cerrar heridas, elbicho, toques inesperados de mi wevo que me sacan la sonrisa, y divisar a cierta personita entre la gente. Recorridos imposibles para encontrármelo "de casualidad", y seguir igual que siempre con él, todo y nada, saber que sí y no hacerlo, querer y... ¿no poder?
Cambio de hora y vuelta a casa con ganas de más fiesta... y por qué amanezco triste?? Sol, sin resaca, y un nuevo toque hace nada :).
No, no tengo derecho ni motivos para estar triste. Sonrisa pa el día, y el próximo finde, Madrid me espera.
domingo, marzo 26, 2006
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2 comentarios:
La tristeza no necesita motivos, existe.
Un beso.
Pdta: Me gustó mucho la entrada.
Recuerdos, recuerdos, recuerdos... venga mujer, anímate! Y pásatelo genial en Madrid ;))
Un beso!
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