domingo, agosto 20, 2006

. De vuelta.

Primer verano fuera de casa por cuestiones de trabajo: superado. Qué rápido pasa el tiempo, casi ni me ha dado tiempo a acostumbrarme. Cuatro días de trabajo la próxima semana y vuelta a casa, a mi casa de verdad, a mi gente, a mi entorno, a cruzarme con conocidos por las calles y volver a sumar matrículas.
Y me apetece volver, igual que hace 3 meses me apetecía salir de aquí. Aprendes a ver las cosas con perspectiva, a valorar lo que y a quien tienes. Te haces un poco más egoísta y más tuyo, pero para bien bajo mi punto de vista... en ocasiones es necesario pensar un poco más en uno mismo, especialmente cuando los demás van tan a lo suyo.

Un verano intenso más, el primero en los últimos años sin un niño rondándome la cabeza ni el corazón. Intenso pero extraño, quizá por eso. Porque anoche, al volver a salir con mi gente, y estar en los sitios de siempre que se han convertido en una segunda casa, me di cuenta de que lo que antes era sólo el deseo de encontrar a alguien, se ha convertido en una necesidad, en la de tener cerca a alguien de forma incondicional.
Quién me lo iba a decir, que anhelo esa estabilidad tanto.